Antes que nada sería bueno aclarar que Mono de Piedra no es una editorial, sino apenas un sello con el que un par de escritores (tan cercanos y distantes como lo están México y Argentina), al menos en principio de cuentas, buscan hollar la extensa cartografía de las letras. No está pensado para ser un monólogo entonado con dos bocas, mas habrá que estar de acuerdo en que todo aquello que adquiere un tamaño considerable siempre empieza siendo pequeño. Pero mejor no nos precipitemos, nunca se ha escuchado que la cosecha antes de tiempo brinde mejores frutos.
Por lo pronto adelanto que inauguraremos estos caminos con Los días incendiados y, un poco más adelante, con Investigaciones en masa, de los cuales habrá información más minuciosa a su debido tiempo. Así pues, ha nacido Mono de Piedra, y es hora de hacer un brindis con ardientes bebidas por los tiempos venideros, y ojalá que las letras formen palabras, y éstas a su vez frases, y éstas a su vez historias o reflexiones, y que además, el mundo tenga el ánimo para leerlas...
Víctor Sampayo
6 de abril de 2010
