jueves, 2 de febrero de 2012

Esconderse en el silencio

¿Tanto miedo a ser protagonista de un sueño? ¿Tanto fastidio por un exceso de sinceridad? ¿Otra vez el silencio como escudo de cartón? Como si en tus pasos cotidianos la pureza –o yo no sé qué prístino espectro– fuera una realidad palpable, como si el tiempo te pudiera esperar hasta que quieras. Hoy el polvo ya forma cúmulos sobre las huellas y los relojes se ahogan entre el hormigueo de los minutos. Sin embargo, prefiero que sea la voz la que dictamine sobre ese futuro imaginado y, si es el caso, que deshaga de una vez por todas el laberinto de sombras que nacen en mi mente si parar, tal como lo hacen las olas...

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